Letra y Música: Alejandro Ferre
Ése que
es menos que nada
si le negás la mirada,
ese anónimo en exceso,
yo no sé cómo una noche
fue el destino de tus besos.
si le negás la mirada,
ese anónimo en exceso,
yo no sé cómo una noche
fue el destino de tus besos.
El más
necio entre los hombres,
el más sabio entre los torpes,
el que duerme por soñarte,
el que espera y no se cansa
de cansarse de esperarte.
el más sabio entre los torpes,
el que duerme por soñarte,
el que espera y no se cansa
de cansarse de esperarte.
Ese
clavo sin cabeza,
ese adicto a la tristeza,
ese Teseo sin hilo,
que no encuentra la salida,
pero siempre está tranquilo.
ese adicto a la tristeza,
ese Teseo sin hilo,
que no encuentra la salida,
pero siempre está tranquilo.
Ese
atleta accidentado,
ese lobo desdentado,
ese perro vagabundo,
el que espera y no se cansa
de esperar que cambie el mundo.
ese lobo desdentado,
ese perro vagabundo,
el que espera y no se cansa
de esperar que cambie el mundo.
Entre yo y ese fulano
tan distinto, tan lejano,
no encuentro un gran parecido,
sólo un poco en el perfil,
en el nombre y apellido.
tan distinto, tan lejano,
no encuentro un gran parecido,
sólo un poco en el perfil,
en el nombre y apellido.
Ese
acróbata sin manos,
ese Narciso con granos,
ese preso sin visitas,
que se entretiene regando
flores de hule ya marchitas.
ese Narciso con granos,
ese preso sin visitas,
que se entretiene regando
flores de hule ya marchitas.
Ese
vate analfabeto
que no sabe de sonetos,
premio Nobel del fracaso,
que da todo lo que tiene
por un día en el Parnaso.
que no sabe de sonetos,
premio Nobel del fracaso,
que da todo lo que tiene
por un día en el Parnaso.
Ese
gran cero a tu izquierda,
ese púgil en las cuerdas,
ese guapo sin hazañas,
sin puñales ni arrabal,
ese extraño que te extraña.
ese púgil en las cuerdas,
ese guapo sin hazañas,
sin puñales ni arrabal,
ese extraño que te extraña.
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